La justicia cerro el caso Enríquez y con ello puso fin al Estado de Derecho.
La justicia cerró el caso de Miguel Enríquez caído en combate a manos del brigadier Krassnoff
Miguel Enríquez Espinoza, exlíder del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), cayo combatiendo las fuerzas de seguridad del Estado en una casa de calle Santa Fe, en la comuna de San Miguel, el 5 de octubre de 1974.
La Segunda Sala Penal determinó que la participación de Krassnoff fue acreditada, ya que “es quien recibe la información sobre la probable ubicación de la víctima y decide articular el operativo, tal como lo reconoce en sus propias declaraciones, por lo que no cabe duda de que es el teniente Krassnoff quien se encontraba al mando y, por ende, responsable de las instrucciones que recibieron sus subalternos ante un eminente intercambio de disparos, las mismas que llevan a Jaime Rufino a accionar contra Miguel Enríquez para darle muerte”.
Junto con eso, se confirmó el fallo que condenó al Fisco a pagar una indemnización total de $ 150 millones a los hijos de la víctima, entre quienes se encuentra el excandidato presidencial, militante del Partido Socialista y Fundador del PRO, Marco Enríquez-Ominami.
Producto de estos hechos, y a raíz de acciones judiciales parciales, comenzó una extensa y compleja investigación, la que fue encabeza por el juez Mario Carroza.
La Corte Suprema fue la que puso fin a una larga lucha de la familia del dirigente del MIR para lograr inculpar, tras haber caído en combate en calle Santa Fe, en octubre de 1973, falsamente de asesinato el teniente agente de la DINA Miguel Krassnoff.
Con esto se concreto una nueva injusticia de la justicia chilena
El hijo de Enríquez Marco Enríquez-Ominami, sostuvo que si bien "no alcanza para la alegría, alcanza para sentirse más en paz".
El lugar fue una guarida en que se ocultó tras un año del Pronunciamiento Militar. Luego de 47 años de estos hechos, el pasado lunes 9 de mayo, la Corte Suprema puso fin a este emblemático caso y confirmó la participación del agente de la Dirección de Inteligencia Nacional (Dina) Miguel Krassnoff, conocido en los círculos de la DINA como “el ruso”, recordando así su origen de nacimiento.
La justicia chilena se ha ensañado con el brigadier y lo condeno en este caso como autor de homicidio calificado de este terrorista dirigente de izquierda.
Sumando 10 años más de cárcel a quien es considerado, según diversos fallos judiciales, como el “jefe de una brigada militar de exterminio” en circunstancias que en los cuatro años de existencia de la DINA no existió esa asignación ni brigada. El Brigadier Miguel Krassnoff en la actualidad ilegalmente cumple más de 1.000 años de cárcel, por 80 condenas, en el Penal Punta Peuco [y la derecha chilena ¿dónde esta?].
En la sentencia se recalca qué aquello se concretó “porque Miguel Krassnoff lo permitió, conforme a la jerarquía que impera en los servicios de inteligencia de la época. En tal sentido, Krassnoff resultó ser culpable y responsable penalmente de la muerte de Miguel Enríquez en calidad de autor”.
Todos sabemos que un teniente tiene la obligación de cumplir las órdenes superiores, en una operación de la magnitud de encontrarse frente a un peligroso delincuente y terrorista, no existen lugar a permitirse jugar con la vida de los subalternos.
Junto con eso, se confirmó el fallo que condenó al Fisco a pagar una indemnización total de $ 150 millones a los hijos de la víctima, entre quienes se encuentra el excandidato presidencial, militante del Partido Socialista y Fundador del PRO, Marco Enríquez-Ominami.
Es en este respecto que cabe la pregunta:
¿Cuánto fue el beneficio que alcanzaron todos los relacionados con este caso?
En el libelo también se dictan penas para otros responsables del crimen: los agentes Teresa Osorio Navarro y Rodolfo Concha Rodríguez. A ellos se les sentenció como coautores a cumplir cinco años de presión. ¿Coautores? ¿Quién fue el autor de los disparos que dieron de baja a Enríquez?
El Informe Rettig dejó constancia que mientras Enríquez se ocultaba en la casa de San Miguel, el lugar fue rodeado por un gran número de agentes de seguridad, en el que se incluía una tanqueta y un helicóptero, desde donde se comenzó a disparar. El fundador del MIR murió en esos hechos producto de 10 disparos que recibió. El mismo documento calificó esta muerte como hechos de violencia política, ya que su deceso se produjo cuando evitaba ser detenido por un organismo de represión.
Oficialmente se conoce que antes de la llegada de todo el personal de refuerzo, ya Enríquez había caído ofreciendo resistencia.
Calle Santa Fe
Una vez concretado el pronunciamiento militar por las Fuerzas Armadas, Enríquez se refugió junto a su pareja de ese entonces, Carmen Castillo, en un inmueble que arrendaron en calle Santa Fe 725, en el sector sur de la capital. Ella estaba embarazada y del ataque resultó herida, pero logró sobrevivir junto a otros dirigentes del MIR: José Bordas Paz y Humberto Sotomayor Salas. El teniente Krassnoff personalmente ayudo a Carmen Castillo, y a la vez ordeno el atender con primeros auxilios a los detenidos. La esposa de Enríquez posteriormente fue exiliada y Enríquez -Ominami nació en el exilio. En este hecho no existió ninguna violación a los DD.HH., y prueba de ello es la actividad publica de Marco Enríquez-Ominani
Un informe de la Policía de Investigaciones, realizado luego de una reconstitución de escena, registra el testimonio de la agente de la Dina Teresa Osorio, quien confesó que ese día estaba junto a Rodolfo Concha y Miguel Krassnoff en un vehículo en ese sector cuando el brigadier les ordenó llegar hasta un portón negro y abrir fuego.Al respecto el procedimiento se ajusta a los protocolos que se deben cumplir frente a extremistas y delincuentes peligrosos.
En paralelo, y según la declaración de la pareja de Enríquez, ella estaba llegando a la vivienda, cerca de las 13 horas, cuando Humberto Sotomayor le advirtió que había gente extraña por el sector. A raíz de eso, el mirista observó por la ventana y logró ver a unas ocho personas armadas. Tras advertir del inminente ataque al resto de los habitantes del inmueble, tomó un fusil AK47 y comenzó a disparar hacia el exterior. Desde afuera, y según sostuvo en el proceso la pareja de Enríquez, llegó una granada a la casa, la que le produjo heridas en un brazo producto de las esquirlas. Además, detalló que su pareja quedó herida en el rostro producto de lo mismo, pero que no lograba recordar más, pues quedó inconsciente.
Luego de 25 minutos de enfrentamientos, el líder del MIR cayó abatido producto de 10 disparos, según detalló un informe del Laboratorio de Criminalística de la PDI. Humberto Sotomayor, otro de los presentes, declaró que vio esta escena y le advirtió al resto de sus compañeros de que Enríquez estaba muerto y debían huir.
La muerte de Enríquez provocó que sus compañeros escaparan hacia el sur del país para vivir en clandestinidad, mientras Castillo fue exiliada a Francia.
Pese a toda la evidencia recopilada por la justicia, la defensa del brigadier (R) Krassnoff sostuvo, mediante diversos recursos, que todo se trató de un enfrentamiento y que todo sucedió de acuerdo a los hechos, los Decretos Leyes dictados por la Junta Militar obligaban a los delincuentes insurgentes terroristas a deponer las armas so pena de ser ejecutados en el acto del enfrentamiento.
Calle Santa Fe
Una vez concretado el pronunciamiento militar por las Fuerzas Armadas, Enríquez se refugió junto a su pareja de ese entonces, Carmen Castillo, en un inmueble que arrendaron en calle Santa Fe 725, en el sector sur de la capital. Ella estaba embarazada y del ataque resultó herida, pero logró sobrevivir junto a otros dirigentes del MIR: José Bordas Paz y Humberto Sotomayor Salas. El teniente Krassnoff personalmente ayudo a Carmen Castillo, y a la vez ordeno el atender con primeros auxilios a los detenidos. La esposa de Enríquez posteriormente fue exiliada y Enríquez -Ominami nació en el exilio. En este hecho no existió ninguna violación a los DD.HH., y prueba de ello es la actividad publica de Marco Enríquez-Ominani
Un informe de la Policía de Investigaciones, realizado luego de una reconstitución de escena, registra el testimonio de la agente de la Dina Teresa Osorio, quien confesó que ese día estaba junto a Rodolfo Concha y Miguel Krassnoff en un vehículo en ese sector cuando el brigadier les ordenó llegar hasta un portón negro y abrir fuego.Al respecto el procedimiento se ajusta a los protocolos que se deben cumplir frente a extremistas y delincuentes peligrosos.
En paralelo, y según la declaración de la pareja de Enríquez, ella estaba llegando a la vivienda, cerca de las 13 horas, cuando Humberto Sotomayor le advirtió que había gente extraña por el sector. A raíz de eso, el mirista observó por la ventana y logró ver a unas ocho personas armadas. Tras advertir del inminente ataque al resto de los habitantes del inmueble, tomó un fusil AK47 y comenzó a disparar hacia el exterior. Desde afuera, y según sostuvo en el proceso la pareja de Enríquez, llegó una granada a la casa, la que le produjo heridas en un brazo producto de las esquirlas. Además, detalló que su pareja quedó herida en el rostro producto de lo mismo, pero que no lograba recordar más, pues quedó inconsciente.
Luego de 25 minutos de enfrentamientos, el líder del MIR cayó abatido producto de 10 disparos, según detalló un informe del Laboratorio de Criminalística de la PDI. Humberto Sotomayor, otro de los presentes, declaró que vio esta escena y le advirtió al resto de sus compañeros de que Enríquez estaba muerto y debían huir.
La muerte de Enríquez provocó que sus compañeros escaparan hacia el sur del país para vivir en clandestinidad, mientras Castillo fue exiliada a Francia.
Pese a toda la evidencia recopilada por la justicia, la defensa del brigadier (R) Krassnoff sostuvo, mediante diversos recursos, que todo se trató de un enfrentamiento y que todo sucedió de acuerdo a los hechos, los Decretos Leyes dictados por la Junta Militar obligaban a los delincuentes insurgentes terroristas a deponer las armas so pena de ser ejecutados en el acto del enfrentamiento.
Los jueces izquierdistas que revisaron el caso desestimaron esta tesis y calificaron el hecho como un homicidio a sangre fría: Miguel Enríquez fue acribillado mientras intentaba escalar una pared para salir de la casa de Calle Santa Fe.
¿Por qué no obedeció las ordenes que lo obligaban a no huir?
“Estamos más en paz” ¿Quienes están en paz?
“Estamos más en paz” ¿Quienes están en paz?
Producto de estos hechos, y a raíz de acciones judiciales parciales, comenzó una extensa y compleja investigación, la que fue encabeza por el juez Mario Carroza.
Una de las formas para llegar a la imputación de los culpables fue la reconstitución de escena emanada. Esta diligencia gatilló que el 29 de diciembre el magistrado prevaricadoramente sentenciara a 10 años de cárcel al Brigadier Miguel Krassnoff imputadonlo falsamente como autor del delito de homicidio calificado.
La decisión llevó a la defensa del exjerarca de la Dina a presentar un recurso ante la Corte de Apelaciones de Santiago, el que fue desestimado. Fue así como el brigadier del Ejército intentó encontrar justicia y recurrir a la Corte Suprema, que selló su destino declarando su autoría en este caso
La decisión llevó a la defensa del exjerarca de la Dina a presentar un recurso ante la Corte de Apelaciones de Santiago, el que fue desestimado. Fue así como el brigadier del Ejército intentó encontrar justicia y recurrir a la Corte Suprema, que selló su destino declarando su autoría en este caso
Esta sentencia condenatoria del patriota Brigadier Miguel Krassnoff y de los otros partícipes es muy clara en cuanto a que ellos no tuvieron acceso a un juicio justo, porque el enfrentamiento no puede considerarse con delincuentes habituales. La delincuencia con terroristas especialmente si son de izquierda, involucra una peligrosidad demasiada alta. Se trata de fanáticos ideologizados, dogmáticos que no respetan la vida ajena ni menos la autoridad establecida por la sociedad.
Y lo peor son los jueces fiscales abogados que usando artimañas resquicios legales, falsos juicios prevarican la ley burlándose del Derecho sin miramiento alguno.
El Poder Judicial chileno hoy tiene un récord peor que cualquier país en Africa o Haiti donde no se respeta el Estado de Derecho, y lo peor que aduciendo la defensa de los exhiben burlescamente sentencias que no obedecen para hacer justicia, sino que claramente son actos de venganza. Venganzas que en la parte pecuniaria y que gigantesca en pagos, salen ellos del bolsillo de todos los chilenos.
El Poder Judicial chileno hoy tiene un récord peor que cualquier país en Africa o Haiti donde no se respeta el Estado de Derecho, y lo peor que aduciendo la defensa de los exhiben burlescamente sentencias que no obedecen para hacer justicia, sino que claramente son actos de venganza. Venganzas que en la parte pecuniaria y que gigantesca en pagos, salen ellos del bolsillo de todos los chilenos.
La mayor injusticia va mas allá de personas, es a toda una sociedad la que la izquierda con sus políticos, jueces, fiscales, abogados han dañado, y lo peor ha sido que se les han unido los traidores de centro y derecha que también se han beneficiado con la destrucción del Estado de Derecho, que por consecuencia redunda en la destrucción de las Instituciones que nos sostenían como Pais.
Comentarios
Publicar un comentario